domingo, 29 de diciembre de 2013

Frio

Parecía que tan pronto había llegado la temporada de frío, las calles se volvían tristes y solitarias, pues, aunque la vista era hermosa, con pequeños copos de nieve cayendo del cielo, no se veía ningún alma en ellas. No podía culpar a las personas de esta ciudad; si yo pudiera también me escondería debajo de mis cálidas cobijas, tomando sorbos de una caliente taza llena de té, viendo una maratón de todas mis series favoritas.
Pero no, existía algo llamado escuela, y era de “suma importancia” que fuera – o al menos, eso decían mis padres. A ellos no les importaba el hecho de que llevara solo la mitad de la tarea (la otra mitad había sucumbido al frío hace varios minutos), o que sentía todas mis extremidades tan frías que más bien se podía decir que no las sentía para nada.
Había tomado el camión hacia la escuela, tratando de escapar silencios incomodos en el automóvil de mi padre, pero ahora que estaba en él supe que había sido una mala idea. Un espeso vapor salía de mi boca y empañaba el vidrio de la ventana, tapando la vista del exterior y haciendo que solo se percibieran sombras y colores borrosos. Posé un dedo sobre ella dibujando un copo, finas gotas de agua se deslizaban por la ventana a su paso.
Me sobresalte cuando el camión se detuvo bruscamente, interrumpiendo mis pensamientos de manera forzada; instintivamente miré por la ventana, pues a pesar de su poca nitidez alcancé a notar que esa era mi parada. Apurada me levante y corrí hacia las puertas; en el último escalón el camión empezó a moverse, y tuve que saltar para no caer.
Auch, pensé. Había sido un mal salto, y si no hubiese estado el piso cubierto de una espesa capa de nieve me hubiera lastimado mucho más; aun así, mis rodillas estaban cubiertas de la espesa capa blanca y empezaban a mojarse a medida de que mi temperatura corporal derretía la nieve a mi alrededor. Me levante lentamente, sintiéndome increíblemente congelada, estaba segura de que mis labios se empezaban a teñir de azul. Una gran ráfaga de viento chocó contra mí, y maldije en voz baja por mi suerte.
Sentía mis dientes chocando entre ellos, y ninguna parte de mi parecía mantenerse quieta; estaba temblando de frío. Inconscientemente mis brazos me abrazaron débilmente, tratando de mantener calor. Estaba empapada, congelada y no traía ningún cambio de ropa.
Una mano se posó en mi hombro, asustándome, pero sin hacerme mover un musculo, simplemente ya no tenía la energía necesaria para hacerlo. Una sombra paso a mi lado, parándose delante de mí y finalmente pude enfocar la vista lo suficiente como para decir que se trataba de un muchacho.
-Hola.- me dijo. – Perdón si te asuste. Pensé que podrías necesitar esto.
Extendió su mano, la cual traía agarrada una gruesa chamarra. Voltee a verlo, incrédula, notando que el solo traía puesto un sweater; el muchacho se había quitado la cálida chamarra para dármela.
-N-no.- le dije, tartamudeando. – Tu-tu qued-dat-tela. Morirás-s de f-frío.
Pero el muchacho solo sonrió mientras pasaba la chamarra por mi espalda, noté inmediatamente la diferencia, lo que antes se había sentido tan frio, tan entumecido por él, ahora recobraba algo de calor, y me sentí aliviada.
-Nada de eso.- me dijo, tomándome el brazo y ayudándome a caminar fuera de la nieve y hacia el limpio pavimento. – Tú lo necesitas mucho más que yo.
Le sonreí débilmente.
-Pues, tengo q-que admitir que si me siento al-algo mejor. Gracias.
-No hay de que.- dijo mientras alborotaba su cabello negro. Noté que el muchacho tenía las facciones de una manera que se podría denominar “apuesto”. Me sonroje al sentir su mirada sobre mí. – Me llamo Aarón.
Extendió su mano y la tomé.
-Yo soy F-Francis.
-Mucho gusto de conocerte, Francis. Ven, vamos a un lugar más cálido.

Al principio del día estaba segura de que iba a ser uno de los peores, pero ahora, mientras admiraba los ojos oscuros del muchacho que me dirigía a un café cercano, por primera vez me sentí agradecida por el frío.


sábado, 28 de diciembre de 2013

28th of December 2013, 6:03 pm

What makes us who we are? What is what makes each and every one of us so important?
I used to think that I wasn't worth things, because of some experiences in my life, and I used to believe that people like me were just spares, to lighten the mood. I would sit by and never talk, do things that were demanded of me, without thinking why was I doing them - always gave one gift expecting two in return.
Now I understand things differently, and that makes you think about all your choices and your decisions - this part of life, growing up, makes you think about everything and it makes me feel guilty about how selfish I've been.
I mean, life isn't about just standing still, waiting for something to happen. Life isn't dreaming and never act upon your dreams. Life isn't waiting for the perfect guy to come without talking to anyone.
Life is so much, much more than that.
Life is making friends, and talking with that aunt you never talked before with. Life is leaving home and having incredibly normal, perfect adventures. Life is going out, and having fun, and learning things. Life is about failures, about understanding them, about being a better person from them. Life is about giving love, and not expecting anything in return - it is about being selfless, and kind, and amazing, all without forgetting what kind of person we are, all without forgetting that we are normal.
And that's wonderful.